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Los accidentes que afectan a niños y niñas pueden ser prevenibles

  • Entre el 1 enero y el 15 de diciembre de 2016, perdieron la vida en accidentes prevenibles 2.570 niños y niñas, y 779 resultaron heridos, según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses –ICMLCF–.
  • El hogar es el escenario en el que se presenta el mayor número de muertes de niños y niñas a causa de accidentes prevenibles, seguido por los espacios acuáticos, hospitales y los espacios recreativos y educativos.
  • “Los accidentes son prevenibles, previsibles y sí dejan secuelas. Una caída, una intoxicación o un casi ahogamiento puede dejar desde cicatrices hasta problemas neurológicos severos”, doctora Olga Lucía Baquero Castañeda, médico pediatra de la Universidad Nacional, Especialista en Salud Pública y en Educación Médica.

En Colombia, cada día mueren dos niños o niñas a causa de accidentes que pudieron evitarse dentro del hogar, la escuela, parques u otros espacios donde los menores de edad realizan la mayor parte de sus actividades lúdicas, educativas y familiares.

Cuidar a los niños y niñas es una responsabilidad que recae en los familiares, cuidadores, docentes. No obstante, algunas personas suelen asociar los accidentes a hechos fortuitos que debieron ocurrir, pero lo cierto es que la mayoría de las muertes o lesiones accidentales que afectan a los menores de edad pudieron evitarse.

De acuerdo con la médica pediatra, Olga Lucía Baquero, quien cuenta con más de 20 años de experiencia, “Las lesiones por accidentes son uno de los motivos de consulta más frecuente en los servicios de urgencias pediátricas, después de la infección respiratoria y de los procesos diarreicos”, Baquero considera que casi todas podrían haberse prevenido y finalmente se dieron por la falta de supervisión permanente por parte de los padres y cuidadores, además del desconocimiento de las normas de seguridad en el hogar, que conllevan a que los niños y niñas se accidenten en sus propias casas.

Y es que con el 42% de las ocurrencias, el hogar es el lugar en el que se presenta el mayor número de accidentes como ahogamientos, caídas, asfixias y quemaduras, entre otros; seguido por los espacios acuáticos, con el 21%; los hospitales, con el 6%; y los espacios educativos y recreativos, con el 5%. De allí radica la necesidad de que aumente la responsabilidad y el compromiso de padres y de cuidadores que garantice entornos seguros para los niños.

“Hay cosas inevitables, los niños y las niñas en su primera infancia están explorando el mundo y aprendiendo cómo funciona su cuerpo, así que todos se caerán aprendiendo a caminar, a montar en patines, en bicicleta… no obstante, hay cientos de accidentes que podemos prevenir”, reflexiona Ximena Norato, directora de la Agencia PANDI, quien agrega que es vital que los adultos dialoguen con los niños y le expliquen y muestren el riesgo que puede existir en determinado momento. “Por otro lado, a ello se suma que en ocasiones, algunos padres en su afán por proteger a los niños y evitar que se tropiecen, procuran anticiparse ante cualquier necesidad y evitan que ellos sean quienes exploren las cosas por sí solos, entonces es importante prevenir pero más importante es enseñar, guiar y acompañar el desarrollo de sus habilidades“.

Las especialistas coinciden en que la mayoría de los accidentes ocurren en la primera infancia, lo que invita a pensar en que en esta etapa los niños tienen condiciones particulares, están aprendiendo a gatear, a caminar, a correr, a comer, están explorando y desconocen el riesgo. Es el adulto quien debe pensar en los factores a los que está expuesto y quien debe acompañar al niño en sus primeros pasos.

Los padres, madres, cuidadores, docentes, entre otros, deben adquirir consciencia sobre las implicaciones que tienen los accidentes en los niños, con el propósito de que se generen las estrategias necesarias para disminuir los riesgos físicos y biológicos que puedan afectar el bienestar físico y emocional de los menores de edad.

Estrategias para construir entornos seguros:

Educar en autoprotección

No basta con gritar ‘No’, ‘No se toca’, ‘No lo hagas’, ‘No comas eso’. Los niños y niñas entienden lo que los padres y cuidadores les explican, por lo tanto, es importante explicarles el porqué no se debe realizar determinada actividad.

Preparar contextos protectores:

  • Entender las etapas del desarrollo de la niñez. El mundo lo conocen, inicialmente, por el sentido del gusto y pasarán muchos años hasta que no se lleven todo a la boca, hay que blindar los espacios en los que se mueven, gatean, corren y reposan los niños y las niñas. Aretes, tijeras, bolsas de pañales, cremas, cobijas, gusanos, todo irá directo a la boca.
  • Póngase al nivel de los niños en estatura y contextura, de esta manera puede evaluar qué puede alcanzar, incluso subiéndose en un asiento, o por dónde cabe: las rejas de los balcones o de salida a la calle, las barandas de las escaleras. Recuerde que si hay algo que quieran alcanzar traerán una silla, palo o a un amigo más alto.
  • Cierre y ponga bajo llave sustancias peligrosas. No sin antes explicar al niño porqué los medicamentos, sustancias tóxicas y potencialmente peligrosas están en un sitio inaccesible y cerrado con llave: detergentes, abrasivos, licores, medicamentos, (las pastillas son especialmente atractivas y su recubrimiento, muchas veces dulce, las puede hacer más peligrosas).
  • No permita la entrada a cocina y patio. Cientos de accidentes se producen en estas áreas, los niños halarán los limpiones en donde reposa una olla hirviendo, el aceite caliente salta, los baldes de agua son una trampa fatal. Nunca permita que cocinen solos y cuando sea la hora de aprender, una medida recomendable es que tengan la estatura suficiente para mirar dentro de las ollas. Esto evita que las echen encima de su cuerpo.
  • En el carro. Siempre deben ir en sillas especiales y siempre con cinturón de seguridad.
  • No deje a los niños y niñas más pequeños sin supervisión de un adulto.

Con Félix y Susana promovemos la construcción de ambientes protectores para niños y niñas.

A continuación, el número de casos de muertes de niños y niñas por casos prevenibles, en los 9 departamentos en los que actualmente se desarrolla Félix y Susana.

Los padres, madres, cuidadores, docentes, entre otros, deben adquirir consciencia sobre las implicaciones que tienen los accidentes en los niños, con el propósito de que se generen las estrategias necesarias para disminuir los riesgos físicos y biológicos que puedan afectar el bienestar físico y emocional de los menores de edad

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