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De la cigüeña, la abejita y otros cuentos sobre sexualidad pasados de moda

Creer que los niños no están preparados para hablar de sexualidad, es uno de los errores más comunes de los padres de familia. Comprender que la sinceridad es la clave para proteger a nuestros hijos, es el mayor reto que los adultos deben emprender.

¿Alguna vez le preguntó a sus papás de dónde vienen los bebés? ¿Se acuerda de lo que le dijeron?

Si la respuesta es que llegó en el pico de una cigüeña a la puerta de su casa, o que una semilla se instaló en la ‘barriguita’ de su mamá para crecer y crecer, o que simplemente cayó del cielo porque era un angelito que perdió sus alas, usted hace parte de las generaciones que crecieron con más dudas que certezas en este tema que aún hace sonrojar a más de un padre de familia.

Creer que los niños no están preparados para hablar de sexualidad es uno de los errores más comunes que los adultos cometen, pues al llenar con mitos e historias fantásticas este tema que atraviesa la vida de todo ser humano, se corre el riesgo de dejar grandes vacíos que tarde o temprano serán resueltos por ellos mismos, y quizá, no de la mejor manera.

“Una vez un señor me dio la mano y yo juré que había quedado embarazada. Durante semanas viví angustiada, fue terrible. Como nunca me dijeron cómo nacían los bebés, yo pensé que eso podía pasar en cualquier momento”, recuerda entre risas Corina Sánchez, una mujer de 45 años que tuvo que aprender con amigas y revistas lo que no le enseñaron en la casa.

“A mí me dijeron que en el cielo estaba Dios, que él moldeaba los bebés, y que luego llamaba a la cigüeña para que dejara alguno en la casa de los papás que lo había pedido, entonces yo miraba y miraba al cielo para ver si podía ver a uno de esos pájaros”, comenta por su parte Cecilia López, quien también confiesa que vino a saber la verdad por un programa de televisión que vio a escondidas.

Como lo señala Isabel Cuadros, directora de la Asociación Afecto, este tipo de historias son más comunes de lo que parecen, y responden a una serie de miedos anclados en la sociedad colombiana que impiden avanzar en temas tan cruciales como la educación sexual.

“La familia es la que enseña las primeras cosas de lo que pasa en la vida de los niños, y es por eso que nosotros como padres tenemos que tener responsabilidad, y la responsabilidad, pasa por la información. Los niños tienen que saber desde pequeños que existe la sexualidad, no deben existir patrones de secreto porque esto los puede llevar a tener un mal manejo del tema en su adolescencia, o incluso ponerlos en situaciones de alto riesgo como lo es el abuso sexual”, señala Cuadros.

Hablar de sexualidad con los más pequeños va más allá de explicar el acto meramente biológico. También está relacionado con temas como el respeto, el cuidado y el autocuidado que influirán profundamente en su adultez, se trata de una visión integral. Puede que más de una pregunta lo sonroje o le genere vergüenza, pero sus hijos necesitan saber, en todo momento, que sus padres son una fuente confiable que resolverá todas sus dudas.

Hablar claro para proteger a nuestros niños

Para Isabel Cuadros, el abuso sexual es uno de los principales riesgos a los que se ven expuestos las niñas y los niños cuando los adultos no les hablan con claridad en temas de educación sexual.

(Testimonio)

“Cuando usted cuenta historias a los niños, los abusadores hacen exactamente lo mismo. Le tocan los genitales a la niña o al niño, pero dicen que es el juego del lobo o que ese es el juego de la estrellita. Es por eso que los padres y las madres tienen que mandar claramente el mensaje a los niños porque si los chiquitos saben los nombres exactos de los genitales, por ejemplo, pueden prender rápidamente las alertas de los adultos. Así no hay cabida para las confusiones. El mensaje llega claro y se puede detener un posible abuso sexual”, explica la directora de la Fundación Afecto.

Estos tabúes alrededor de la sexualidad, que se alojan en la mente de muchos colombianos, se han ido rompiendo poco a poco gracias al trabajo de varias organizaciones que han entendido la importancia de reeducar a grandes y pequeños en el tema de la sexualidad.

Félix y Susana, el programa de Educación Sexual y Sana Convivencia de la Fundación SURA, es uno de esos esfuerzos que padres de familia como Corina Sánchez conocen de cerca.

“Ahora que soy madre entiendo la importancia de responderle a mis hijos todas las preguntas que me hacen, más si se tratan de sexualidad. A mí me daba mucha pena, pero en los talleres de Félix y Susana he podido compartir con otros padres que, como yo, hemos ido descubriendo que este tema no tiene por qué avergonzarnos, porque es que si yo no le respondo a mi hijo sus inquietudes, seguramente alguien más lo va a hacer y no de la mejor manera”, comenta Corina.

En los últimos tres años, la Fundación SURA ha invertido 7.568 millones de pesos en el fortalecimiento de ambientes escolares protectores, basados en la promoción de los Derechos Humanos y el respeto. Cerca de 20.170 adultos como Corina, participaron en el 2014 del Programa Félix y Susana transformando realidades desde la verdad y el afecto, no desde el miedo y los mitos.

Una vez un señor me dio la mano y yo juré que había quedado embarazada. Durante semanas viví angustiada, fue terrible. Como nunca me dijeron cómo nacían los bebés, yo pensé que eso podía pasar en cualquier momento


Referencias

  • Artículo publicado en la sección educación de www.semana.com
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