La familia, pilar en la prevención del abuso sexual a niños y niñas
La familia es el primer entorno protector para los niños, las niñas y los adolescentes, es allí donde se les debe brindar amor, cuidado, acompañamiento y comprensión. La familia debe garantizar el cumplimiento de los derechos de los niños y niñas, debe involucrarse en el proceso de formación y ser un escenario de reflexión donde se potencien aprendizajes y habilidades. No obstante, es en el núcleo familiar donde se presentan gran parte de las vulneraciones hacia la infancia, entre ellas, la violencia sexual, un delito que puede ser difícil de detectar, entre otras razones, por la falta de comunicación entre padres e hijos, al abandono emocional y afectivo que se ejerce hacia los más pequeños y a las dificultades que tienen los integrantes de las familias para dialogar y resolver los problemas.
Al tener la familia un papel fundamental como entorno protector, los padres y demás miembros del círculo familiar, tíos, tías, primos, abuelos, entre otros, pueden ayudar a que el respeto, el amor y el diálogo sean la base para el adecuado crecimiento y desarrollo de los niños y las niñas, actitudes que definitivamente pueden contribuir a prevenir situaciones que propicien el abuso sexual.
La relación entre padres e hijos se debe fundamentar en la confianza, el diálogo, el respeto. El juego es una alternativa a través de la cual se puede fortalecer esta relación, sirve para que los integrantes de la familia se conozcan mejor y aporta a la enseñanza de valores y principios, incluso permite identificar miedos, problemas o situaciones que puedan estar afectándolos.
La clave. La familia es el lugar donde los niños y las niñas deben sentirse más seguros y más queridos, y por lo tanto debe constituirse como un entorno donde todos los adultos y los niños se entienden y se reconocen entre sí como iguales. Un niño que siente que hace parte de una familia que lo escucha, que lo tiene en cuenta de las decisiones que lo afectan, que toma en serio sus opiniones y sueños, es un niño que crecerá sin miedos, con confianza en sí mismo y con inmensas posibilidades de sobresalir en su vida adulta.
Es importante educar a los niños y las niñas en el autocuidado y en la prevención:
Enséñeles a reconocer su cuerpo, que es propio y que pese a que en ocasiones necesiten ayuda para realizar ciertas acciones como bañarse, vestirse o alguna actividad física, nadie tiene derecho a tocarlo o vulnerarlo.
Explíquele que como sujeto de derechos puede hablar y manifestar cualquier duda o situación que no le agrade.
Responda de forma clara, natural y honesta las preguntas sobre sexualidad.
Evite dejar el cuidado de sus hijos e hijas en manos de personas que no le transmitan confianza.
Establezca una comunicación directa con ellos y una relación cercana, sin tabúes, para evitar situaciones de amenazas o chantajes.
Tenga una mirada atenta para identificar quiénes pueden ser victimarios. Recuerde que la familia es un entorno protector donde se debe cuidar más a los niños y las niñas.
Garantícele su protección. ¡Créale!, la voz del niño o la niña debe ser una alerta suficiente para actuar.
Enséñele cuando decir NO.
Cuando sospeche que un niño o niña está siendo víctima de abuso sexual, comuníquese a la línea gratuita nacional del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) 141 o al 018000 918080 o a través del sitio web teprotejo.org
La denuncia puede realizarse de manera anónima.
Fuentes de Información:
Aldeas Infantiles SOS
http://www.aldeasinfantiles.org.co/
Fundación Plan
Guía: ‘Causas del abuso sexual infantil y herramientas para su detección y para la respuesta inicial’
https://plan.org.co/sites/files/plan/modulo_2.pdf
World Vision
Guía: ‘Protejamos a nuestros niños y niñas de las agresiones sexuales’
La familia es el lugar donde los niños y las niñas deben sentirse más seguros y más queridos, y por lo tanto debe constituirse como un entorno donde todos los adultos y los niños se entienden y se reconocen entre sí como iguales